El crecimiento del paro juvenil repercute en los jóvenes de los pisos de emancipación

El crecimiento del paro juvenil repercute también en los jóvenes de los pisos de emancipación de Nuevo Futuro, donde viven chicos y chicas que por circunstancias personales y familiares necesitan un hogar y una asistencia. Es más según los últimos datos oficiales nos encontramos a la cabeza de Europa con un índice que alcanza ya el 40 por ciento de paro juvenil. Aún así, desde la Asociación a pesar del contexto actual se les ayuda no sólo a encontrar un trabajo, sino que se les orienta en la formación, en las gestiones que deben realizar para acceder a distintos recursos, y se les da un apoyo emocional fundamental en este momento crucial de su vida.

El crecimiento del paro juvenil

El crecimiento del paro juvenil según los responsables de los pisos de emancipación de Nuevo Futuro se presenta como un problema para las chicas y chicos que buscan su primer empleo. El principal reto, explican desde la entidad es adaptar la formación que ya tenían adquirida en comercio y hostelería a nuevos sectores que ahora estén funcionando como la construcción o el mantenimiento. “Las profesiones que antes tenían mayor salida, hoy debido al confinamiento y la pandemia apenas se ofertan”, argumentan, por eso, en los últimos meses estamos ayudando a los nuestros chicos a reinventarse y a adoptar una actitud positiva para aprender y formarse en otras materias. En este sentido desde la asociación se anima a las entidades privadas y públicas a desarrollar nuevos programas de formación para estos jóvenes, que les permitan dar un giro en sus conocimientos y con ello entrar en un mercado laboral que ahora es más difícil que antes.

Acceso al mercado laboral

Pero además, como precisan los expertos de la entidad, hay que tener en cuenta que las chicas y chicos que viven en los pisos de emancipación de Nuevo Futuro son jóvenes que se han tenido que enfrentar desde su infancia a importantes problemas personales y familiares como el abandono o el maltrato, de ahí que su inclusión social sea fundamental, y aún más complicada que en cualquier caso. “Para ellos no encontrar trabajo supone una exclusión aún mayor. Necesitan el trabajo para poder vivir, para tener el día de mañana un medio de vida que les permita estar en la sociedad”, explican. A eso hay que añadir, continúan, que “desde hace unos meses nos encontramos con una precariedad laboral altísima, y que en el caso de jóvenes inmigrantes, necesitan que el empleador les haga un contrato de un año de 40 horas semanales para poder tener un permiso de trabajo” algo que en estos momentos en sectores como el comercio o la hostelería es inviable debido a la incertidumbre que existe”. Por eso, desde la Asociación quieren animar a empresas y administración a facilitar en todo lo posible la inserción laboral de estos jóvenes y a darles la oportunidad de formarse y comenzar a trabajar.

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