José Carlos Díaz Ruano vivió en uno de los Hogares de Nuevo Futuro desde los 11 a los 15 años y, desde pequeño, asegura que siempre quiso dedicarse al dibujo y al arte. Ahora, ese niño que pintaba en las mesas del colegio tiene 25 años y ha conseguido exponer sus dibujos en la Galería de Arte Montsequi en Madrid hasta el próximo 27 de enero.
Según recalca, “uno tiene que dedicarse a lo que le gusta”. Y así hizo. Se licenció en Bellas Artes en la Universidad de Aranjuez y, actualmente, se gana la vida como grafista, diseñando videojuegos. Un trabajo que lo compagina pintando y vendiendo por encargo alguno de sus retratos. Se siente afortunado por poder dedicarse a ello, como su padre, quien siempre le animó y le apoyó en su sueño de dedicarse al arte.
Así es como ve su futuro, “vivir del arte”. Para ello, considera que hay que ser perseverante y constante. De ahí que se dedicara a enviar dosieres de sus trabajos a todas las galerías de arte hasta que una le ha dado la oportunidad de darse a conocer.
Sus dibujos se basan en el Hiperrealismo, un género que se asemeja a la fotografía y que, desde siempre, le ha impactado porque, según él, “trasmite algo muy sutil, como son los sentimientos”.
José Carlos hace composiciones, que consisten en series de 10 obras que dan sentido a todos sus cuadros, en los que predomina el blanco y negro. La falta de medios le hizo acostumbrarse a pintar con carboncillo y ahora es con lo que más cómodo se siente, además de que esta técnica, indica, “le da más dramatismo” a su trabajo.
En su opinión, la influencia de las personas que le han rodeado en la vida son las que han hecho ser la persona que es hoy. En este sentido, apunta a su padre, a su educador y amigo del Hogar de Nuevo Futuro en el que vivió o a profesores de la facultad, entre otros. Personas que, para él, forman su futuro, en el que seguirá “luchando hasta el final” y haciendo lo que le gusta.