La solidaridad no tiene edad. Y es que este mes, un grupo de jóvenes estudiantes han traído a la Asociación bufandas tejidas durante meses en su taller de punto. Las han ido confeccionando poco a poco pensando en los menores de los Hogares en protección de Madrid, quienes las recibirán en los próximos días.
La solidaridad no tiene edad.
“Todo comenzó con un proyecto escolar en el que se combinaba trabajo social con creatividad”, explica Sofía que es la estudiante impulsora de este proyecto. Así que se puso manos a la obra, contactó con la Asociación y le explicó la iniciativa que se le había ocurrido, algo que Nuevo Futuro agradeció.
Lo más relevante de esta historia es que esta joven que aparece en las imágenes no sólo consiguió reunir un grupo para dar clases de punto, sino que además les animó a los participantes a realizar algo que tendría una trascendencia social.
¡Muchas gracias a todos!