El ocio en los Hogares de Acogida como fuente de inclusión social

Hablar de ocio no es sólo hablar de disfrutar y pasarlo bien. En Nuevo Futuro es mucho más. Es inclusión social, es aprender a vivir en comunidad, es desarrollar habilidades sociales, destreza, autonomía y capacitar a los menores en su inserción al mundo educativo y laboral. Por eso, este año se está desarrollando un importante programa de Capacitación y Ocio en los Hogares de Acogida. Descubre en qué consiste.

Ocio en los Hogares de acogida

Decir ocio en los Hogares de acogida de Nuevo Futuro significa hablar de planes culturales, excursiones, juegos, pero también inclusión social, comunicación, autoestima, generar lazos entre los niños, niñas y jóvenes que conviven a diario. "Es buscar una manera dinámica, positiva y entretenida de trabajar áreas fundamentales en el crecimiento y formación de los menores para que se integren en sociedad" explican los responsables de Nuevo Futuro que han diseñado este programa. En concreto, para cualquier menor es en casa donde se adquieren las habilidades sociales básicas, de ahí el gran valor de este proyecto.

"Mediante las actividades lúdicas que programamos y proponemos en los distintos hogares, queremos atender diversas facetas de la personalidad, educación y capacitación de los niños para potenciar sus habilidades". Así, ese tiempo libre en casa, cuando no hay que ir al colegio, o estudiar, se convierte en una oportunidad ideal para reforzar enseñanzas fundamentales en la formación de un menor. "Aprender a elegir, a compartir, a tomar decisiones adecuadas y responsables, desarrollar el humor, la paciencia, o a valorar la parte positiva de la vida cuando uno cumple con sus obligaciones son lecciones que se transmiten durante este tipo de salidas, encuentros y planes de ocio", recalcan.

Inclusión educativa y laboral

En el trasfondo de este programa pionero, continúan los expertos de Nuevo Futuro, está además proyectada la inclusión educativa y laboral a largo plazo de los menores en protección. Es decir, se trata de un elemento clave para muchos de estos chavales, que se han enfrentado a un entorno difícil o adverso, otros que carecen de redes familiares o sociales de apoyo y que cuando cumplan la mayoría de edad tendrán que ser autónomos a todos los niveles. "Hay que darles también herramientas sociales y capacitarles para que tengan un proyecto de vida", concluyen.